Este invierno nacieron en México alrededor de 208 ballenas grises (Eschrichtius robustus), con excepción de algunas pocas que nacen en el camino, podemos afirmar que las ballenas grises de Norteamérica son mexicanas de nacimiento pero patrimonio natural de la humanidad. Hago la de distinción de Norteamérica dado que existe otra población en las costas del Pacífico frente a Asia, aunque a diferencia de la norteamericana, está casi extinta, siguiendo la suerte de la población del Atlántico norte que ya desapareció. Este año nacieron casi el doble de crías que en 1980, aunque cabe aclarar que la tasa de nacimientos es muy variable año con año.

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En México contamos con la fortuna de poseer dos lagunas costeras y una bahía donde cada invierno (de diciembre a abril) llegan las grises a parir a sus crías, tras haber recurrido más de 8,000 km de travesía desde el Mar de Bering alrededor de Alaska. Estas gigantas, que llegan a medir 15 metros de largo y pesar 35 toneladas, buscan aguas templadas para sus crías que al nacer aún no poseen la capa de grasa que las protegerá de las aguas árticas. Estas ballenas, dentro de las lagunas de Ojo de Liebre (Guerrero Negro, B.C.S), San Ignacio y Bahía Magdalena, muestran un comportamiento muy amistoso hacia las personas. Como visitantes es posible tomar un tour que los lleve en una embarcación pequeña a ver este espectáculo, donde frecuentemente las ballenas muestran su curiosidad hacia las personas.  Las podemos ver nadando con sus crías, soplando (expulsan agua al exhalar aire), espiando (sacan la cabeza en posición vertical para observarnos), saltando y en frecuentes ocasiones acercándose a la embarcación para ser tocadas. Visitar las ballenas grises es sin duda una experiencia que te cambia la vida.

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México ha jugado un rol muy importante en la recuperación de las ballenas, las aguas mexicanas son un santuario natural donde está prohibida su cacería. Los esfuerzos de conservacionistas, científicos, pescadores, legisladores, operadores turísticos y visitantes están teniendo esfuerzos positivos. Como visitantes, si decides a vivir esta experiencia recuerda seguir las reglas que te indiquen los operadores turísticos, no debemos perseguir a las ballenas ni acosarlas, una vez que estemos a 30 metros, el operador de la embarcación debe apagar el motor y dejar que la ballena decida si quiere acercarse o no a nosotros.

Mucha suerte en sus aventuras.

Con información de:

Cruz, A. 2016. Aumentó en 67% el nacimiento de ballena gris, anuncia CONANP. Periódico Crónica. 16 de enero de 2016.

Reeves, R.R., P.A. Folkens, y  N.A. Society. 2002. National Audubon Society guide to marine mammals of the world. A.A. Knopf, New York.

Rice, D.W., A.A. Wolman y H.W. Braham. 1984. The Gray Whale, Eschrichtius robustus. Marine Fisheries Review. 46(4): 7-14.

Shelden, K.E.W., D.J. Rugh y A. Schulman-Janiger. 2004. Gray whales born north of Mexico: indicator of recovery or consequence of regime shift? Ecological Applications. 14(6): 1789–1805.

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